RESILENCIA: UN CAMINO PARA SER FELIZ
Todos, en algún momento de nuestras vidas nos debemos enfrentar al fracaso. Y, mientras para unos esta situación se convierte en un pozo del que son incapaces de salir, para otros, se convierte en una oportunidad, algo que les ayuda a seguir adelante y salir fortalecidos de la misma.
¿Qué diferencia a unos de otros? una capacidad de la que se oye hablar más cada día: la resilencia.
Este término, desconocido, hasta hace poco, fuera del ámbito científico, procede del latín resilio, y significa etimológicamente saltar hacia atrás, o volver de un salto, rebotar.
En el ámbito de la física hace referencia a la capacidad de un material de recuperar su forma original después de haber sido sometido a altas presiones y, por analogía, se emplea en psicología para referirse a la capacidad del ser humano de no quebrarse ante las dificultades, de mantener intacta su dignidad y esperanza ante los contratiempos, y de sobreponerse a las dificultades traumáticas, llegando a salir fortalecido de ellas.
Detrás de cada dificultad, cada fracaso, cada situación traumática, se encuentra la posibilidad de crecer, fortalecernos y porque no… transformarnos.
Pero para ello debemos trabajar esta virtud, valorar adecuadamente su importancia…
No hay presión que pueda con nosotros si comprendemos y vivenciamos adecuadamente nuestra naturaleza. Somos más que nuestras circunstancias… Adaptémonos al medio para terminar adaptando el medio a nosotros. Sin miedo al fracaso… SIN RENDIRNOS.
Poema de Mario Benedetti “No te rindas”
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
En el siguiente vídeo podemos ver un ejemplo de como la perseverancia es una cualidad más para conseguir aquello que nos proponemos.