EL ESFUERZO INFANTIL

esfuerzo infantilEl esfuerzo es el resultado de aceptar que para alcanzar un objetivo se debe trabajar duro y mantener el ánimo.

Para ello se necesita tener un motivo claro y desarrollar la fuerza de voluntad y un gran afán de superación.

El valor del esfuerzo es esencial para conseguir cualquier cosa. 

 

CÓMO FOMENTARLO:

  • Su hijo debe desarrollar la propia voluntad y experimentar la perseve­rancia. Debe sentir la necesidad de esforzarse para conseguir metas en la vida, motivarse con cosas concretas. Si crece sin haber luchado por las peque­ñas cosas cotidianas, terminará siendo un adulto perezoso, débil, desordenado, inconstante, caprichoso e incapaz de ejecutar tareas seriamente y de cumplir los objetivos que se proponga en la vida.

Plantee objetivos concretos a corto plazo y también proyectos que se prolonguen un cierto tiempo. Procure que acabe lo empe­zado. Cuando quiera algo, haga que realice antes algunas tareas para que se demore la satisfacción de aquel deseo y relacione la consecución del mismo con el esfuerzo.

 

  • El niño necesita experimentar la exigencia y la disciplina para fortalecer su voluntad. Incúlquele el valor de las cosas y la necesidad de seguir unas normas. Debe comprender que alcanzar una buena convivencia y bienestar sólo puede conseguirse con trabajo y siguiendo unas reglas.

Haga que su hijo vaya asumiendo res­ponsabilidades acordes a su edad desde pequeño. Sea firme y exíjale su cumpli­miento. La disciplina se irá convirtiendo en autoexigencia, esencial para fortalecer su fuerza de voluntad.

 

  • Su hijo debe adquirir dominio de sí mismo y aprender a evitar que el miedo le paralice. Debe habituarse a comprometerse y a saber que debe hacer todo lo posible para responder ante las dificultades que pueden aparecer durante el proceso.

Establezcan conjuntamente compro­misos que deberán ser respetados por ambas partes. Ayúdele a que estas metas sean realistas, pero una vez aceptadas, no lo sobreproteja evitándole dificultades, pues se acostumbrará a una vida cómoda sin aprender a hacer esfuerzo alguno ni respon­der a sus compromisos.

 

  • Sentir satisfacción por su constancia y empeño es la mejor forma de adquirir el valor del esfuerzo. El cumplimiento de un objetivo obtenido por sus propios medios, por el trabajo bien hecho y por su propia fuerza servirá a su hijo como motivación para afrontar nuevos retos.

Comparta con él su satisfacción cada vez que consiga algo, no escatime en el reconocimiento de sus logros  y, principal­mente,  favorezca su autosatisfacción ante los resultados de su esfuerzo. Pregúntele si está orgulloso, porque debe aprender a valorar por sí mismo si ha hecho todo lo posible para conseguir la meta.