TEMPERAMENTO Y BEBÉS
LOS BEBES Y EL TEMPERAMENTO EN SU PRIMER AÑO.
Todos nacemos con rasgos temperamentales que nos identifican desde el inicio, que hemos heredado de nuestros mayores y que se trasmiten en los genes.
Esos rasgos representan una manera de reaccionar frente a los estímulos de la vida.
Reconocer esas características ayuda a que entendamos mejor a nuestro bebé.
¿Cuáles son esos rasgos temperamentales?
- Temperamento fácil: Es adaptable, adquiere fácilmente los hábitos y las rutinas, acepta los cambios y expresa sus emociones con moderada intensidad.
- Temperamento de «encendido lento»: Tarda en adecuarse a los cambios, pero la intensidad de expresión de su molestia no es elevada.
- Temperamento difícil: Se resiste a los cambios, expresa sus emociones intensamente, sobre todo la molestia y el enojo. No es fácil lograr que adquiera rutinas de alimentación y sueño.
- Temperamento mixto: Tiene características variadas.
¿Qué podemos hacer?
Vamos a darle al bebé el tiempo que necesita; manteniendo nuestra calma y firmeza y aplicando soluciones creativas:
- Si el bebé es de los que demandan un buen tiempo para adecuarse y aceptar una novedad… debemos de concederle ese tiempo.
- Si es de los que se sienten atraídos de inmediato por lo novedoso… tendremos que ofrecerle la posibilidad de tener actividad.
- Algunos son muy activos; otros, menos movedizos… debemos ofrecerles la posibilidad de tener actividad, a su medida.
- Algunos expresan sus emociones suavemente, otros de manera muy intensa… hemos de aprender a entenderles y ser pacientes.
- Algunos se adaptan fácilmente a las rutinas, otros tardan más.
- Algunos son fáciles de calmar, otros no.
Es la adecuación del adulto al temperamento del bebé lo que hace la diferencia:
- Si el bebé es difícil, no necesariamente los adultos están haciendo las cosas mal.
- Si es de temperamento fácil, no quiere decir que lo será para siempre, y si es difícil también puede cambiar.
- Lo determinante es cómo papá, mamá y las demás personas que cuidan al bebé aprenden a responder y a manejarse con las reacciones de su temperamento.
- HAY QUE SABER DARLE TIEMPO AL QUE LO NECESITA: Algunos bebés necesitan asegurarse antes de aceptar un cambio. En ellos funciona la aproximación gradual al objetivo.
- TENDREMOS QUE APRENDER A CALMAR AL IRRITABLE: Algunos adultos descubren que con mayor contacto físico tranquilo (masajes o simplemente con darles upa y mecerlos) los bebés difíciles se calman. A otros les ha funcionado el cantarles en voz baja o ajustar la sabanita o la manta cuando están en la cuna, de modo que queden suavemente sujetos.
- NO DEBEMOS ESTIMULAR EN EXCESO AL SENSIBLE: Algunos bebés necesitan más calma que otros, y que no los abrumemos ni con demasiada actividad, ni con sonidos u otros estímulos sensoriales.
- PERMITIREMOS LA ACTIVIDAD AL INQUIETO: Los bebés muy activos se calman si les favorecemos algún tipo de actividad física apropiada.